Urrieles por doquier: reivindicando el Urriellu

Serie Los Nombres de la Cordillera

El primer mapa topográfico de Asturias, editado por Guillermo Schulz en 1855, señala en el corazón de los Picos de Europa al “Naranjo de Bulnes”, topónimo que asigna a una montaña jamás llamada así por las gentes. Ciertamente, el geólogo alemán debió “tocar de oídas” a la hora de elaborar su trabajo, con seguridad transcribiendo una información errónea o erróneamente interpretada.

Casi un siglo antes, cuando Carlos III ordenó el levantamiento de mapas de todo el reino al cartógrafo López de Vargas, las fuentes documentales utilizadas para ello recogen que “hay una Peña a manera de Punta o Castillo, tan sumamente alta que desde la mar, pese a que está por medio el Concejo de Llanes, se gobiernan por ella y llaman Urrieles”. El topónimo se utilizaba tanto con carácter generalizado en el macizo (Los Urrieles), como en parte de él (Peñas Urrieles) e individualizadamente: Diente y Neverón de Urriellu y también el Picu Urriellu, que es el nombre reconocido de esta singular montaña.

Fotos: Jesús García

¿De dónde procede el término Urrielles y Urriellu? Todos los lingüistas coinciden en asociarlo a la voz prerromana “ur”, que ha deparado en las formas “urru” y “urriel”, y hace referencia a una prominente peña o elevación de terreno. De ahí su aplicación a múltiples peñas picoeuropeanas y sobremanera a la que posiblemente sea la más visible y mejor definida de todas. Similar origen tendría el nombre de otros “urros” repartidos por la geografía cantábrica, como el Cantu l’Urru en el concejo asturiano de Santo Adriano.

Compartir